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Muchos se sorprenden cuando les digo que no nací en Logroño y que llevo poco tiempo aquí. Aunque pueda parecer un inconveniente, en realidad me ha dado mucha ventaja a la hora de interesarme más por aspectos desconocidos hasta para los propios autóctonos.
Tras dos años trabajando en el sector del turismo y de la cultura, he llegado a una conclusión: no debemos hablar de turistas sino de invitados. Es por ello que me encanta ser la perfecta anfitriona y siempre intento que la gente se enamore de lo mismo por lo que me quedé a vivir en esta ciudad.