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Creo que vivo en el mejor lugar del mundo. En la amazonía ecuatoriana.
Me gusta mucho la naturaleza y desde joven solía salir con amigos a disfrutar aventuras en los ríos, en la selva, en las cavernas y cascadas que quedan cerca de donde vivo. Estas aventuras se han vuelto ahora de adulto en una pasión por enseñar a descubrir a otras personas este pequeño paraíso, con el fin de fomentar el turismo y beneficiar al desarrollo de mi ciudad y de las comunidades indígenas en donde se encuentran la mayoría de los atractivos turísticos.