May 7, 2022

Logroño es una ciudad española en la que se sabe disfrutar de la vida. La capital de La Rioja tiene muchos lugares imprescindibles y es un rincón en el que se vive bien. En él, tanto sus habitantes como sus visitantes, se quedan fascinados con cada uno de sus parques, su casco histórico y sus calles peatonales.

Además, si hay una ciudad que se pueda descubrir a través del vino y de la gastronomía, es esta. Al norte de España, es uno de los lugares con más atractivos, por eso queremos mostrarte una lista de qué ver en Logroño y por qué. En la misma zona, podemos encontrarnos también otros destinos interesantes como pueden ser Pamplona, Zaragoza, San Sebastián o, un poco más alejado, Tarragona.

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La mejor manera de ver y visitar Logroño: hacer un free tour

Si lo que quieres es conocer la esencia de la capital riojana, te aconsejamos que pruebes uno de los free tours en Logroño acompañado por los mejores guías locales de toda España.

Si aún no conoces qué es un free tour, la mejor manera de entenderlo es vivir la experiencia. Además, te recomendamos que eches un vistazo a este breve vídeo en el que te explicamos el concepto y en qué consiste el free walking tour.

¿Has hecho alguna vez un free tour? Visita la ciudad de una manera diferente junto a un guía local.

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La propia ciudad de Logroño sorprende por la cantidad de lugares, monumentos y edificios históricos que hay para visitar. En este sentido, es muy similar a Ávila, Almería o Vigo, que no son ciudades excesivamente grandes pero que esconden un gran encanto para los viajeros que viajan hasta allí.

1. Concatedral de Santa María de la Redonda

La Concatedral de Santa María de la Redonda se construyó en el siglo XVI. Se trata de uno de los edificios más emblemáticos de Logroño, por lo que no puedes irte sin ir a verlo. Muchos de los turistas que acuden a la ciudad se preguntan sobre el origen del nombre de esta concatedral. Lo cierto es que, aunque no tiene forma redonda, la iglesia que solía haber en este lugar y que era de origen románico sí que la tenía.

El lugar en el que está construida es un enclave privilegiado, pues se encuentra a muy poca distancia del río Ebro. El edificio, por tanto, se halla situado en una zona pantanosa, lo cual hizo que la cimentación del mismo se llevara a cabo con los vástagos de las vides, que no se pudren con el efecto de la humedad, así como con sarmientos. Ambos elementos, igualmente, absorben adecuadamente los asentamientos y reparten las cargas de forma precisa.

Top mejores lugares que visitar en Logroño

La concatedral dispone de unas “torres gemelas”, que reciben este nombre a pesar de que en realidad son diferentes. Si bien es cierto que ambas representan claramente la arquitectura riojana más clásica y se alzan como iconos de la misma, una es un poco más alta que la otra. Los arquitectos que diseñaron las torres tomaron como modelo previo la torre de otra iglesia que también puedes visitar en Logroño: la de Santo Tomás de Haro. 

Además de en Logroño, podrás ver otras similares en localidades como Briones o como Santo Domingo de la Calzada. La importancia de la Concatedral de Santa María de la Redonda no solo viene atribuida a su historia y al símbolo que es de la propia ciudad. También es muy relevante el hecho de que en ella se conserva “El Calvario”, un cuadro que Miguel Ángel elaboró para Vitoria Colonna, una importante amiga del mismo.

2. Paseo del Espolón  – monumento a Espartero

El paseo del Espolón es otra de las visitas más características de Logroño. Pertenece a inicios del siglo XIX. Por aquel entonces constituía toda la plaza pública que estuviera situada por fuera de sus murallas. Las razones de su importancia son muy variadas. Para comenzar, en este lugar se encuentra La Concha del Espolón. Se trata de un lugar muy simbólico en Logroño principalmente gracias a las fiestas de San Mateo

Durante el mes de septiembre (normalmente la semana del 21), durante las fiestas de San Mateo, es en este punto donde se lleva a cabo la primera ofrenda a la Virgen, patrona de Logroño, con el primer mosto. Igualmente, no hay que esperar al mes de septiembre para darle importancia a este lugar. Si no sabes qué hacer en Logroño, probablemente aquí, vayas en la época que vayas, encontrarás un concierto, ya que es la zona más habitual para realizarlos y hay un ambiente maravilloso.

El paseo del Espolón es, además, una de las zonas más verdes de la capital riojana, ya que aquí también se encuentra el parque que lleva su nombre. Cuenta, al igual que todo el paseo, con un fantástico ambiente, especialmente los días en los que el sol se deja ver y grupos de amigos, parejas o familias se reúnen en ese punto.

Monumento a Espartero

Por último, no podemos hablar del Paseo del Espolón sin nombrar a la estatua de Baldomero Espartero. Se trata de una estatua ecuestre. Baldomero Espartero fue un general que se casó con una logroñesa muy querida, llamada Jacinta Martínez de Sicilia. Estaban muy metidos en la política de la ciudad y por lo general, eran muy queridos por los habitantes.

Una vez que dejaron de trabajar en política, en su retirada se fueron a vivir a lo que hoy en día constituye el Museo de La Rioja, del que hablaremos más adelante, el cual se sitúa en la Plaza San Agustín. El lugar concreto donde la estatua se sitúa se llama en realidad, oficialmente, Paseo del Príncipe de Vergara. Este punto, además de ser una muy emblemática plaza, fue el centro de Logroño durante muchos años.

Espartero murió a los 85 años en el año 1879. Una curiosidad de las estatuas ecuestres es que el caballo muestra la forma en la que murió. Cuando tiene dos patas en el aire, significa que el representado murió en combate y cuando tiene las cuatro puestas en el suelo, es que murió de causas naturales. En el caso de Espartero, cuyo caballo solo tiene una pata levantada, su significado es que murió por heridas de combate.

3. Calle Portales

La calle Portales cuenta con importantes edificaciones que ver en Logroño. Todas ellas se caracterizan por sus soportales, los cuales pertenecen mayoritariamente a los últimos años del siglo XIX. Algunos de estos edificios pertenecen también al siglo XVIII o incluso a otros anteriores. Todos ellos, no obstante, tienen pilares rectangulares o cilíndricos y siguen una línea muy irregular. Es difícil observar en ellos una pauta concreta.

El Ayuntamiento fue la institución que encargó los planos de su alineación. Esto se produjo entre el 1875 y el 1880 y fue un trabajo encargado al arquitecto Francisco de Luis y Tomás. Las diferencias que solían existir en las separaciones de los edificios de la, por aquel entonces “Calle del Mercado”, eran muy profundas y el objetivo del trabajo era regularlas. Hay pocos de los antiguos pilares que todavía se conserven. Sin embargo, algunos podemos encontrarlos al principio de la calle Travesía de San Juan.

Esta calle ha tenido muchos nombres para los logroñeses, como “de la Constitución”, “del Mercado”, “del General Mola”, “de la República”, “de la Herventia” o “de las Tiendas”. Al final, su nombre actual se seleccionó tras un acuerdo del Ayuntamiento en el 1979. La calle Portales ha presenciado numerosas celebraciones, como las fiestas de San Bernabé o las conocidas ferias de productos y ganado. Hoy en día, también es el lugar en el que se encuentran muchos de los mejores restaurantes de la capital.

La calle ha albergado importantes instituciones como la Casa-Ayuntamiento, así como las principales sedes de muchas de ellas. Más tarde, pasó a ser el eje central de la vida industrial, social y comercial de Logroño. Además, es la típica zona por la que pasear. Popularmente se le conoce también con el nombre de “El invernadero”, porque muchas personas pasean por sus soportales en invierno refugiándose del frío tan crudo que hace. El nombre sale del contraste de la denominación del famoso paseo en El Espolón, el “Paseo de Verano”.

La fama de la calle Portales se debe a muchos motivos. Además de su historia, la cual te acabamos de contar, aquí han tenido lugar algunos de los más relevantes establecimientos de Logroño. Un claro ejemplo de ello es el “Café de los Leones”. 

También, la calle ha sido el lugar de realización de manifestaciones de todo tipo: laborales, sociales, políticas, religiosas, etc. Igualmente, importantes directores como Juan Antonio Bardem han filmado en ella algunas escenas de sus películas. A su vez, puede presumir de haber sido protagonista de reportajes fotográficos. Este lugar, simplemente, define a la ciudad y te cuenta todo sobre su trayectoria enfocada a diferentes ámbitos.

4. Puente de Piedra de Logroño

Uno de los símbolos más importantes de la ciudad es el Puente de Piedra, por lo que cuando vayas a visitar Logroño, tienes que acudir a disfrutar de la característica estampa que forman dicho puente junto con las tres torres de defensa y el río Ebro. La construcción que podemos observar hoy en día se llevó a cabo en el año 1884 por Fermín Manso de Zúñiga

Previamente a la construcción de 1884, existía otro puente que se derrumbó unos años antes, en 1871. El puente de piedra es conocido también por otros nombres, como puente de San Juan de Ortega. Este nombre se debe al santo que se cree que se encargó de construir el puente original, además de a la capilla que solía haber a la izquierda. Si bien, ya hay historiadores que afirman que hubo otro puente anterior en el siglo X, antes de que el santo viviera, entre los siglos XI y XII.

Otra de las razones por las que este puente simboliza a Logroño es porque aparece representado en el escudo de la ciudad. Así mismo, es el lugar por donde se entra a la ciudad cuando se realiza el Camino de Santiago. Este puente ha pasado por una gran cantidad de reparaciones antes de ser el que conocemos hoy. 

Las razones de las reformas son muy variadas, pero una de las más importantes es por ejemplo la de la gran riada de 1775, que destruyó el primer torreón, o la de la guerra civil carlista en el año 1835. También, en 1850 se derruyó el resto de torres, las cuales estaban en ruinas, y en 1871, sus tres últimos arcos. En 1880, también se vino abajo un paso provisional debido al cruce de la artillería. Una de las más importantes reformas que se le realizaron a este puente tuvo lugar en 1917. A lo largo de dicho año, el Puente de Piedra se amplió y se colocaron andenes de hormigón a cada lado para que los peatones pudieran transitar.

5. Paseo de la Florida

El paseo de la Florida tiene un gran valor a nivel histórico, pero también a nivel estético, ya que se encuentra situada en la orilla del río Ebro. Este camino de adoquines se construyó durante los años noventa del pasado siglo, junto con la reforma que tuvo lugar en la orilla sur del mencionado río. Fue en esta reforma donde se mejoraron todas las carreteras de los alrededores del Puente de Piedra y cuando se creó el parque del Ebro, una visita también muy recomendada en la ciudad.

Si llegamos al final del paseo, encontraremos, al girar a la derecha, la simbólica puerta del mencionado parque. La zona de los jardines previos y del parque en sí mismo solía ser un lugar virgen. No obstante, desde las reformas y la creación del paseo, este lugar viene siendo enormemente transitado, especialmente los fines de semana. En Logroño, el paseo de la Florida tiene fama de ser un lugar fantástico para disfrutar de la naturaleza del Ebro, para pescar y para tener una impactante estampa del Puente de Piedra.

Además, desde el paseo de Logroño podrás divisar su presa y al fondo, toda la estación eléctrica. El valor del paseo de la Florida se alza gracias a que te permitirá observar la naturaleza virgen del río Ebro. Esto ocurre especialmente en la isla del Ebro y en la mencionada presa. Dichos lugares están situados, respectivamente, en frente y al final del paseo. Este lugar es también uno de los favoritos de los habitantes de Logroño para hacer todo tipo de deportes, pues incluso tiene un carril bici.

6. Puente de Hierro de Logroño

El Puente de Hierro es uno de los cuatro que existen en la ciudad de Logroño y de ellos, es tanto el más largo como el más antiguo. Atraviesa el río Ebro desde 1881, el año de su construcción, y recibe también el nombre de Puente de Sagasta. Se abrió al público tan solo un año después de su construcción, por lo que desde el siglo XIX, ha sido durante muchos años la conexión con la vía férrea, así como la entrada principal a Logroño.

La empresa que lo construyó fue la Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona. Fue un proyecto que el por entonces presidente del gobierno, Mateo Sagasta, apoyó en todo momento. Antes de su construcción, el Puente de Piedra, del cual ya te hemos hablado, era el único que cruzaba el río Ebro. Un año antes de la firma del proyecto, dicho puente quedó inutilizado debido a una gran riada.

Por si fuera poco, en septiembre de aquel año murieron 90 militares ahogados al tratar de cruzar el río. La situación consternó a todos los habitantes de la ciudad, incluyendo al Marqués de San Nicolás, quien aquel año era el alcalde de Logroño. El Marqués solicitó una nueva construcción urgente sobre el Ebro, pues tras aquella tragedia quedaba claro que utilizar barcazas no era una solución óptima.

Fue el presidente del gobierno quien mandó entonces que un nuevo puente provisional se construyera sobre el Ebro. Dicho puente era de madera y lo que se pretendía era que el acceso a la ciudad a través de las calles Zurrerías y Abades tuviera cierta garantía de seguridad. Así, Fermín Manso de Zúñiga, al igual que en el Puente de Piedra, se encargó del diseño. Este ingeniero pensó en una estructura de hierro con dos columnas y diez pilas.

A la construcción del puente se destinó un presupuesto de cerca de un millón de las antiguas pesetas. Durante su época, representó uno de los ejemplos más avanzados de ingeniería civil. Su longitud total es de 330 metros.

7. Plaza Santiago – Plaza de la Oca 

La Plaza Santiago es un lugar que no te puedes perder, porque te hará viajar en el tiempo. En ella encontrarás toda clase de símbolos pertenecientes al Camino de Santiago. Si no sabes qué ver en Logroño, es uno de los puntos de mayor valor cultural e histórico de la ciudad. La plaza está ubicada junto a la Iglesia de Santo Domingo, la cual puedes aprovechar para visitar, pues en ella verás y aprenderás sobre más elementos de la arquitectura civil de La Rioja.

La plaza tiene numerosos datos curiosos que te pueden sorprender. Uno de ellos es que debajo de las casas se esconden los Calados. Probablemente, si no eres de Logroño no sabrás a que hace referencia este nombre, pero lo cierto es que es apasionante: los calados son las bodegas que se asientan debajo de las casas. De ellos te hablaremos más en el siguiente apartado. Uno de los más antiguos, perteneciente al siglo XVI, además de uno de los más grandes, es el famoso Calado de San Gregorio.

Un segundo dato curioso es que en el suelo de la plaza Santiago está dibujado el juego de la Oca, pero haciendo referencia a las distintas etapas de la Ruta Jacobea, así como a las diferentes localidades por las que pasa. De ahí, que otro de los nombres que recibe esta plaza sea Plaza de la Oca. A su vez, una de las curiosidades más importantes es que el paso de carruajes por la calle Rua Vieja se prohibió por orden del ayuntamiento en el 1583. ¿La razón? Que no se deterioraran los vinos que se guardaban en los calados, esas maravillosas bodegas.

En la Plaza Santiago se encuentra la iglesia que lleva su nombre. Dicha iglesia es, para todo peregrino, una parada obligatoria. Logroño es una ciudad que se encuentra indiscutiblemente ligada al camino de Santiago y además, dentro de la Iglesia Santiago está la patrona de la ciudad: la Virgen de la Esperanza, así como la cripta de los condenados.

Esta iglesia ha protagonizado muchos de los momentos históricos más relevantes de la ciudad. No obstante, uno de los que más ha quedado marcado en su historia es el del asedio de 1521. Este año, los habitantes de Logroño se refugiaron entre los muros del templo. 

8. Calle Ruavieja – Calados De Rúa Vieja 

Como te hemos mencionado levemente en el apartado anterior, los calados son muy importantes en Logroño. Se trata de las bodegas de la ciudad que estaban situadas debajo de las casas de la ciudad. La localidad está repleta, pero algunos de los más antiguos e importantes se encuentran en Rúa Vieja. Uno de los que más destaca es el de San Gregorio, que como ya hemos explicado, data del siglo XVI.

El calado de San Gregorio tiene una bóveda de cañón y una asombrosa longitud de 30 metros. No obstante, hablando de calados asombrosos, también te impactará el del antiguo palacio de los Yaguas, un lugar que hoy se constituye en el centro de la cultura de La Rioja. Este centro era la casa dl una familia del siglo VXII, que solía ser una de las más ricas ya desde el siglo XIII. 

La calle Ruavieja, a pesar de la importancia de estos edificios civiles como sus famosos calados, fue abandonada durante muchos años. Poco a poco, esta zona se ha comenzado a recuperar gracias a diversos proyectos que todavía continúan a día de hoy, lo cual hace que la ciudad esté experimentando un enorme y valioso crecimiento cultural. Por esta calle también pasa el camino de Santiago, por lo que adquiere, de nuevo, un gran simbolismo. 

Por ello, además de sus famosos calados, gracias al paso histórico del Camino de Santiago, hay importantes monumentos religiosos que tampoco te puedes perder en tu visita a Logroño. Dos ejemplos de ello son la Iglesia de Santa María de Palacio o la ermita de San Gregorio.

9. Teatro Bretón de los Herreros

El Teatro Bretón de los Herreros tiene una gran historia que contarnos. Incluso aunque no acudas a ninguna obra, es un espacio que tienes que visitar para conocer un poco más sobre la bellísima esencia de la ciudad de Logroño. Desde 1990, el popularmente conocido como Teatro Bretón, tiene dos salas: la de la Columnas y otra que lleva el mismo nombre que su denominación popular: “la Sala Bretón”. Hoy en día, es de titularidad municipal y se utiliza para la exhibición teatral.

La primera sala de la que queremos hablarte es de la “Bretón”. En ella cabe un máximo de 962 personas y su disposición es la conocida como “italiana”. Es decir, las butacas se reparten a través de tres niveles: el segundo anfiteatro con sus 208 butacas, el primero con sus 238 butacas y la butaca de patio, con 516 espacios. En todo el aforo mencionado se incluyen los palcos. Por su parte, la sala de las Columnas solo tiene un nivel y tiene un aforo total de 235 personas.

Para acceder al teatro Bretón de los Herreros tienes que acudir a la calle que lleva su nombre y que se encuentra situada en una zona peatonal, en pleno Casco Antiguo. Puedes aprovechar para visitar el Paseo del Espolón cuando vengas a ver este emblemático teatro, pues se encuentra muy cerca de allí. La inauguración del teatro tuvo lugar a finales del siglo XIX, pues el día de su apertura fue, en 1880, el 19 de septiembre.

El arquitecto que se encargó de realizar el modelo de la construcción fue Félix Navarro y se inspiró en el Teatro Gijón, lugar donde en Logroño se proyectó la primera cinta cinematográfica. La construcción se ordenó para ser benéfica, pues se pretendía ayudar con las ganancias de las representaciones teatrales a los enfermos del Hospital de la Misericordia. Esto fue en la época en la que en la ciudad todavía existía el histórico “corral de las comedias”.

A partir de aquí, la ciudad trata de incrementar su número de proyectos, pero siempre se carecía de recursos económicos para que finalmente salieran adelante. Por tanto, son muchos los antecedentes de este famoso teatro. Otro de ellos fue el de El Liceo de la calle Ruavieja. Al no poder dar cabida a todos los habitantes de Logroño que mostraban una gran afición por el teatro, se hizo más latente la necesidad de un nuevo espacio.

Un año antes de su construcción, en 1870, también se intentó que los propios vecinos del municipio fueran quienes construyeran el teatro, aportando cada uno de ellos 500 reales para lograr construir un espacio municipal. No obstante, tampoco en este caso hubo una recaudación suficiente. Así fue como Félix Navarro se hizo con el proyecto de la construcción del teatro que aún llega hasta nuestros días, pues después de este intento de recaudación, se abrió un concurso de proyectos en el que se entregaban seis mil duros y el solar.

Previamente a situarse en la Calle Mayor, se pensaron un gran número de emplazamientos. Entre ellos, se pensó en el Paseo del Espolón, en la Plaza del Mercado o en los jardines del Instituto Sagasta. También, cabe destacar que el teatro ha tenido diferentes nombres. El nombre actual, dedicado al poeta, dramaturgo y periodista Bretón de los Herreros se estableció en el año 1902. Sin embargo, previamente tuvo el nombre de, primero, Teatro Quintana y más tarde, Teatro Principal.

El teatro ha pasado por importantes reformas, sobre todo a partir de 1901, pues este fue el año en el cual el teatro fue comprado por la Caja de Ahorros Municipal. Ese año, las más importantes se llevaron a cabo en la fachada, pero también se hicieron cambios estructurales y modificaciones en la cubierta, y así, prácticamente, se ha conservado hasta hoy. 

Todavía se conservan muchos elementos decorativos de la época, como las barandillas de los palcos, los techos o las lámparas de cristal. Además, posteriormente a su construcción original se creó un sótano, que es donde en la actualidad se encuentra la zona de los camerinos. También se puso un nuevo escenario y un foso de orquesta.

El teatro es Bien de Interés Cultural desde el año 1983. Uno de los momentos más importantes de la historia de este lugar se dio la Nochebuena del año 1979, pues el teatro sufrió el mayor incendio de su historia. Por desgracia, hasta 1986 no se procedió a su reconstrucción. Finalmente, fue en mayo de 1990 cuando se reinaugura oficialmente de la mano de la Reina Sofía y es ahí cuando comienza a ser de propiedad municipal. Durante los años posteriores, el teatro no ha sufrido muchos cambios. Tan solo, entre los años 2008 a 2010, se realizó un último reacondicionamiento.

10. Museo de la Rioja

El Museo de La Rioja se construyó a lo largo del siglo XVIII. Es un lugar donde hoy en día puedes disfrutar tanto de exposiciones permanentes como de otras que son temporales. Además, durante tu visita conocerás todo el peso del paso del tiempo en la ciudad de Logroño y de toda La Rioja, así como la historia que sus calles y sus vivencias tratan de contar al visitante. Este museo, te ayudará a adentrarte hasta lo más profundo de la cultura de La Rioja. ¡Y seguro que te encantará!

Este lugar recibe también el nombre de Palacio de Espartero. La razón es que fue aquí donde el general del que te hemos hablado en el apartado del Paseo del Espolón se refugió una vez que dejó a un lado su vida política junto a su mujer, Jacinta Martínez de Sicilia. El museo tiene un estilo barroco y cuenta con una amplia selección tanto de esculturas como de pinturas. Todas ellas recorren un gran número de siglos que van del XII al XIX.

¿Qué ver en el Museo de la Rioja?

Además de dichas esculturas y pinturas, el museo alberga una sección diferente que está dedicada al arte contemporáneo y a la etnografía. En dicha sección podremos ver tallas de madera, hallazgos de tipo arqueológico, pinturas diferentes, muebles antiguos y las famosas tablas de San Millán, que proceden del siglo XIV. Un ejemplo de talla de madera famosa es la de la Coronación de la Virgen Gótica.

Las mencionadas tablas de San Millán proceden originariamente del monasterio de San Millán de Suso. Se trata de un conjunto de puertas de un retablo de dicho monasterio, el cual estaba situado en San Millán de la Cogolla. Su relevancia procede de su característico estilo gótico y de las pinturas de los episodios de toda la vida de San Millán. Las tablas datan del siglo XIV y están pintadas por ambas caras. Además de escenas de la vida de San Millán, contienen episodios de la vida de Jesús y de la Virgen María.

El edificio cuenta también con una torre central, lo cual le da elementos neoclásicos. Se encuentra situado en el centro de Logroño y se construyó por orden de quien era el regidor perpetuo de la capital riojana en el 1752: Pedro Ruiz de la Porta. Este palacio solía ser propiedad de la familia de la esposa del general. Sin embargo, al morir el matrimonio sin tener ningún hijo, lo heredó la hermanastra de Jacinta Martínez de Sicilia. En 1881 pasó a ser la sede del Gobierno militar, ya que su nueva propietaria le alquiló el espacio al gobierno.

La Marquesa de La Habana (la nueva propietaria), más tarde ofreció de nuevo al Estado el espacio. Así, el Palacio pasó a ser Tribunal Eclesiástico y Palacio Episcopal, tras su compra en 1884 y las reformas llevadas a cabo por el Ayuntamiento de la mano del arquitecto Luis Barrón. Uno de los cambios más simbólicos que se llevaron a cabo fue el cambio del escudo nobiliario de la fachada. En su lugar se puso uno episcopal. No obstante, la realidad es que nunca llegó a utilizarse con esta finalidad y quedó desocupado. Muchas instituciones aprovecharon esta situación, que fueron ocupando parcialmente el palacio.

Otro cambio que hubo en el edificio fue en 1900, año en el que se instaló el Asilo de Santa Rosa. En él comenzaron a habitar los hijos de las trabajadoras de fábricas como la Tabacalera. En el 1914, se estableció allí la Cámara de Comercio. Más tarde, en el año 1932, se intentó acoplar el Archivo Histórico de la Provincia, pero no llegó a conseguirse. Al final, se le dio una utilidad pública, tras ser declarado en el año 1962 Monumento Histórico-Artístico, pasando a ser desde su fundación al año siguiente, la sede del museo provincial de la ciudad.

El museo provincial se abrió por primera vez en 1971 y ha permanecido hasta día de hoy. Fue del año 2003 al 2005 cuando se llevaron a cabo las reformas más importantes con la proyección de un nuevo edificio que diseñó una serie de arquitectos de La Rioja. El principal percusor fue José Miguel León. Así, el museo cierra en 2004 para que se lleven a cabo las reformas, las cuales se alargaron por problemas que surgieron en sus muros.

El plan de intervención se alargó por el desacuerdo de los gobiernos locales y centrales y no continúan hasta 2010. Así, las obras finalizan en el año 2012 y el museo comienza a llenarse de obras de arte. En esta ocasión, los arquitectos fueron Iñaki Gómez y José Ignacio Amat. La reapertura oficial se llevó a cabo en octubre de 2013, tras la visita del presidente de La Rioja.

Mapa con los lugares imprescindibles que ver en Logroño

Encuentra en este mapa de Logroño los lugares imprescindibles que ver y visitar en un fin de semana. Si te dejas alguno, no te agobies porque nunca está de más tener alguna excusa para volver a La Rioja aunque dependerá del tiempo que le dediques a cada monumento o edificio.

Cuando nos hablan de Logroño, en La Rioja, hay muchos elementos que se nos pueden venir a la cabeza. Su vino, su gente, su gastronomía, sus calles de piedra, y mucho más. Logroño es una ciudad que se descubre a través de los cinco sentidos.

Tan solo te hará falta visitar una vez sus lugares imprescindibles para darte cuenta por ti mismo de lo especial que es. Si no sabes qué ver o qué hacer en Logroño ¡estos lugares te dejarán fascinado! ¿A qué esperas para visitarlos? Si tienes espíritu aventurero, estos son todos los destinos en los que encontrarás un free tour para conocer nuevas ciudades.


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